viernes, 5 de mayo de 2017

El libro de Daniel y la tesis macabea: mi peregrinaje personal
Parte Final


Argumentos irrefutables
Trabajé duro. En ese momento yo era un pastor de tiempo completo y profesor de algunas horas en nuestro seminario. Primero reuní todos los argumentos a favor de la Tesis Macabea, los analicé y los evalué.

Finalmente los dividí en cinco categorías o grupos:

1. Argumentos históricos (supuestos errores históricos [el 605 AC Nabucodonosor no estaba en Jerusalén; Jeremías 25 y Daniel 1:1 están en contradicción; de acuerdo a la Oración de Nabonido, fue Nabonido y no Nabucodonosor el que estuvo loco; Belsasar como el último rey de Babilonia; la no historicidad de Darío el Medo], la posición de Daniel en el Canon Hebreo, y la tardía evidencia literaria para el uso de Daniel).

2. Argumentos lingüísticos (el uso del término kasdim; el hebreo y arameo del libro de Daniel entendidos como de un origen tardío; palabras persas en Daniel; palabras griegas en el libro; aparición de dos idiomas en Daniel).

3.Argumentos teológicos (angelología desarrollada; creencia en la resurrección; el hecho que se evite el nombre de Jehová; hábitos de ayuno y oración).

4.Argumentos literarios (uso apocalíptico de pseudónimo; origen tardío del género apocalíptico).

5.Argumentos exegéticos (demostración del esquema de cuatro imperios mundiales; secuencia de los cuatro imperios mundiales; cuerno pequeño como Antíoco IV Epífanes; el capítulo 11 y las guerras macabeas).

Después de algún tiempo presenté una parte de mi primer y crucial capítulo al profesor Heller. Era acerca de todas los supuestos errores históricos en el libro de Daniel. Él escuchó cuidadosamente, me hizo varias preguntas difíciles y después que le hube leído todo lo que había preparado, hizo una pausa. Esperé su reacción y veredicto. “Jiři, hizo un buen trabajo. No puedo refutar sus argumentos”. Sus palabras eran como una melodía a mis oídos. Continuó: “Pero [yo temía mucho esta palabra] hay también otros argumentos a favor de la Tesis Macabea, especialmente argumentos lingüísticos. Si usted me convence contra ellos, entonces yo lo apoyaré”. Cuán feliz y aliviado estaba. Sabía que Dios estaba obrando.

Varios meses más tarde presenté la segunda parte del primer capítulo tratando la lingüística. Había investigado todos los asuntos sobre el término kasdim, hebreo y persa, palabras griegas y arameo en el libro de Daniel y Heller estaba satisfecho. Ahora me animó a estudiar todos estos puntos en profundidad y a escribir sobre el asunto. Él estaba activamente involucrado en la escritura de mi tesis y me aconsejó muy perspicazmente. Añadió: “Cuando los eruditos histórico-críticos trabajan con un texto bíblico destruyen, usted construye”.

Luego siguieron partes adicionales de este capítulo crucial acerca de los argumentos teológicos, literarios y exegéticos de la tesis macabea. Este análisis y evaluación concluyó el primer gran capítulo de mi tesis. En seguida vino el capítulo acerca de la unidad del libro de Daniel. Heller me dijo que esta era la mejor parte de mi tesis. El tercer capítulo examinó los argumentos a favor de la tesis exílica (o tesis persa, como yo la llamé), porque hay muchos argumentos positivos para la autoría del libro de Daniel en el siglo VI AC (i.e., el alto uso del libro de Daniel en Qumrán, algunos argumentos exegéticos y evidencias extrabíblicas que atestiguan de la veracidad de los eventos históricos descritos en el libro de Daniel, etc.). 

El último capítulo de mi tesis trataba de la profecía de las 70 semanas y demostraba que esta profecía tiene que ser vista como una predicción acerca del Mesías, Jesucristo, y no acerca de algunas personas del período macabeo.

La decisión erudita
El profesor Meter Pokorny, el mejor erudito del Nuevo Testamento en mi país, se oponía a mi tesis. Yo estaba ansioso de saber qué pensaría después que hubiera leído mi tesis. Aunque él no estaba de acuerdo con mi posición fnal, apoyó mi tesis. Él todavía pensaba que era posible que alguien hubiera compuesto el libro en tiempos de los macabeos. Me dijo: “El simple hecho de que usted reúna todos los argumentos de la Tesis Macabea y que los analice y evalúe es muy signifcativo; y este trabajo es sufciente para darle su título de doctorado puesto que ha hecho mucho más”. Yo estaba alborozado. El mejor erudito del Nuevo Testamento en mi país estaba de acuerdo en que mi tesis era sólida, aunque no estaba de acuerdo completamente con mis puntos de vista. Daniel 6:27 dice que Dios “rescató a Daniel del poder de los leones”. Yo sé que es imposible rescatar a Daniel de la “cueva de la crítica” argumentando, pero los argumentos son importantes. Por supuesto, el cambio real puede lograrse solamente por el Espíritu Santo.

“Una adición extremadamente valiosa”
Argumentar a favor de Daniel como autor del libro de Daniel en una Facultad protestante y mostrar su aplicación cristocéntrica, no era fácil. Recibí mi grado doctoral en 1990. Dios me dio una victoria abrumadora porque el profesor Heller cambió su modo de pensar —señal de la grandeza de un profesor. Mi tesis y discusiones personales lo ayudaron a ver este asunto desde una perspectiva diferente. Hoy, él cree que el libro de Daniel no fue escrito en el siglo segundo. Sin embargo, él preferiría el siglo quinto o cuarto para esa tarea y no el sexto debido a la transmisión oral del texto, aun cuando esto se apoya sobre una presuposición no probada, como él mismo admite. Hoy él abiertamente dice que hay dos puntos de vista sobre la autoría del libro de Daniel. Una es la Tesis Macabea, y la otra la Tesis Persa (o exílica) que dice que el profeta Daniel o alguien de su círculo escribió el libro (como su pupilo o escriba). Él siempre asocia mi nombre con el segundo punto de vista.
En el prefacio de mi tesis, que fue publicada en 1995, él escribió: “El trabajo del Dr. Moskala es una adición extremadamente valiosa a nuestra literatura teológica” y “no debería ser pasada por alto por alguien que desea tratar en profundidad con el libro de Daniel”. En uno de sus artículos escribió acerca de mi tesis: “Me gustaría decirlo de este modo: Jiří Moskala, en su trabajo excepcional, probó que no necesitamos creer en la tesis macabea. Él presentó una alternativa. Una alternativa excepcional. 

Es tan valiosa que quien quiera estudiar el libro de Daniel en el futuro, tiene que considerar seria y responsablemente su tesis”. A eso yo puedo decir, “Gracias, Señor, por tu mensaje hermoso y defendible que nos dejaste a través del profeta Daniel”. Y también porque tú verdaderamente me sostuviste de mi mano derecha, como prometiste, y me dijiste, ‘No temas, yo te ayudo’ (ver Is 41:13).

Daniel está sobre una base sólida. Hoy, yo creo que si un creyente escoge tomar la posición que el libro de Daniel fue escrito en el siglo sexto AC. por el profeta Daniel o su pupilo, esta persona tendría buenos argumentos para este punto de vista y sería intelectualmente honesto.

A Dios solamente sea la gloría. Soli Deo Gloria.

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