miércoles, 30 de julio de 2014

Solo un momento

Meditaciones para el alma


"...y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?..." (Lucas 12:16-21)

En el capítulo 12 de Lucas, Jesús cuenta la historia de un necio granjero que cometió dos errores. Primero, subestimó el rendimiento de sus cosechas y tuvo que derribar sus graneros para construir otros más grandes. Pero después de terminarlos, fue llamado a dar cuenta de su alma. En ese momento, se dio cuenta de lo peligrosamente miope que se había vuelto. Dios resumió su vida con una palabra: "¡Necio!" (ver. 20).

En ese punto, Jesús hizo este comentario: "Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios" (v. 21). Que quiso decir con eso de, ser rico para con Dios?, es hacerse bolsas que no se envejecen, un tesoro en los cielos que no se agota 
(Lucas 12:33).

¿Cómo podemos ser ricos para con Dios y hacernos bolsas que no envejezcan? Ésta era la pregunta que estaba en la mente de Pedro cuando le dijo al Señor: "Nosotros hemos dejado todo lo que teníamos para seguirte". Jesús elogió grandemente estas palabras del discípulo. 

Él prometió que sacrificios así tendrían una gran recompensa, tanto en esta vida como en la futura (ver. 30).

Para hacer depósitos en el banco del cielo, tenemos que "dejar todo lo que tenemos". ¿Cuántos de nosotros podemos decir en verdad que hemos dado mayor prioridad al reino de Dios que a lo nuestro, casa, trabajo, pareja, cónyuge e hijos? ¿Cuántos de nosotros estamos construyendo graneros más grandes y volviéndonos más necios mientras tanto? Clamemos a Dios por Su gracia, para que "dejemos todo lo que tenemos" y busquemos primeramente Su Reino.

Que Dios te bendiga.

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